domingo, 22 de febrero de 2009

El ser una persona compleja limita mucho tus posibilidades.



Tienes momentos gloriosos rodeados de horas de mierda y al final dudas sobre la valía de escalar tanto para llegar a caer de nuevo.




Y siempre, el momento que te marca es exactamente el momento de la caída.








...las nubes lloran piedras...

miércoles, 4 de febrero de 2009

Sin luz.

sabes cuando se apaga la luz y ya no queda nadie a tu lado, porque todos se han ido, marchando lentamente cada uno hacia su cachito de luz propio y autónomo, cuando buscas una sombra y no está ni la tuya que ha cogido las maletas y se ha ido sin despedir, cuando llamas a alguien y no acude ni el eco de tus palabras difundido por el silencio hasta llegar a ser el silencio propio, cuando ya no queda nada, ni siquiera oscuridad, nada, y tú te sientes entera, como esperando sin tener nadie a quien esperar, en una habitacion negra, quizá con una pequeña luz blanca o amarilla iluminando desde arriba sin dar opción a posible sombra. De repente una melodía va cobrando fuerza y despertando eso que parecia dormido o muerto, quizá desmayado, esa melodía que va creciendo dentro tuya acompañando los compases de tu corazón que ahora bate con más fuerza pero con más timidez, con tanto estruendo en la pequeña habitación existe el riesgo del descubrimiento, puede que el de acusación; Parece que tiene letra, una historia de amores lejanos llenos de flores decaídas o puede que casi mustias ya sin olor, con esperanza truncada y un niño llorando, sin forma ni color, parece llena de sentimiento pero llega casi vacía y sin eco, una historia ya sin mucho sentido.Y un escalofrio recorre tu piel, poniendo tus pelos electrocutados, teniendo los sentidos excesivamente exaltados y atentos, con riesgo de trombosis instantánea y una mirada, eso que antes no veías y que ahora no sabes si imaginas o es real, quizá es mitad y mitad; Dos bolitas, diminutas, allá a lo lejos donde parece todo desaparecer, todo lo ya desaparecido, y aparecen esos ojos. Silencio y melodía, el corazón batiendo una lucha interminable, los párpados bien fijos sin derrumbarse, esos ojos ahora azules, luego amarillos y al final marrones, o negros...quizá sin color. Allí donde todo se mezcla y no alcanzan los sentidos, ni la sombra, ni tus dedos, ni tu alma, allá donde todo desaparece, aparacen los dos ojos, y desaparecen.Se te apaga la luz, caes hacia abajo sin punto de partida, sin freno y sin meta, caes y caes, notando el aire recorrer tu cuerpo, airear tu ropa, dándote vueltas la cabeza y alargas la mano, o eso crees, tú mueves la mano, no ves donde toca, ni siquiera ves si toca algo, ni siquiera ves si se mueve, haces el movimiento, esperas respuesta, respuesta no enviada, decepción. Aparecen de nuevo los ojos, ahora más cerca, más grandes y quieres tocarlos, estos se hacen pequeños, diminutos, apenas brillan, ya no hay luz.







...una manzana partida por la mitad sin mucho atino...