viernes, 12 de diciembre de 2008

Posesión.

Seamos egoístas, miremos por mi, y sólo por mí. Pero todos juntos, al mismo tiempo, que nadie abra su mente a nadie más, que sólo existan pensamientos para mí, para mi persona, para mi alma y mi espíritu, para lo que quiera que componga mi interior. Seamos sinceros, hablemos de mí, de mi pelo, de mis poros, de mi forma de mirar la vida o de no mirar la muerte, que nadie hable del tiempo ni de la velocidad del ascensor, que sólo se hable de lo que componga mi aura, mi esencia. Seamos hipócritas, pensemos en mí, en mi perfume cuando cae la noche, en mis gafas de aeromodelista, que nadie se imagine a la gaviota planeando por la arena sin imaginarme a mí tomando café con un periódico entre los ojos, pensemos en mi sonrisa, en mis problemas, en mis deseos. Seamos conscientes, que entre en la cabeza que mi vida es mia, pero que mis problemas son de todos, que si trabajo, paro el mundo, que nadie puede hacerme caminar excepto mis pies, que nadie intente simular que sonrie cuando yo estoy llorando. Si yo lloro, el mundo llora. Seamos realistas, manejo mi vida y la tuya a mi antojo, ahora esto es blanco pero ahora es gris, que sólo si yo digo que hoy me apetece salir a pasear tendrás en cuenta que tú también quieres, no podríamos salir a pasear si sólo a tí te apeteciera. La vida es así, o más bien, así soy yo, tú eres parte de mí, así eres tú. Tant pis. Seamos mar, pero yo seré el agua, el aire, el viento, la sal, los peces, las algas, la vida, la muerte, la tristeza, el color, el reflejo, el momento, la paz, la tempestad; tú, tú serás.... no se qué podrías ser tú.
Un suspiro, un cielo, un ángel, un abismo, el ser o el estar, tú decides. Te lo doy todo en mano, te lo dejo todo a tí. Puedes ser el aire o puedes ser el fuego, lento o rápido, puedes quemar mis entrañas. Subir o bajar, si resbalas, te sostendré, si te giras, te miraré, ese momento que todo el mundo espera, al girar la cabeza y buscar unos ojos desconocidos, no tan desconocidos si son los míos, ese momento en el que te observaré para que no te sientas perdida. Seré tu oxígeno, tus fuerzas para vivir, seré ese sueño que tienes cuando te despiertas feliz. Seré lo que quieras que sea, menos temor, pérdida, oscuridad. Seré parte de tí, miraré con tus ojos, besaré con tus labios, tocaré con tus manos, amaré con tu corazón, seré la sangre en tus venas, el impulso en tu movimiento, la neurona en tu pensamiento. Pondré el color a tus sabores, pintaré las nubes de verde y seré tus dientes cuando sonrías. Daré olor a tu cuerpo, sudor a tus poros, saliva a tu lengua, tacto a tu piel, sueño a tu noche. Iré poco a poco destruyendo tu ser, serás lo que yo quiera que seas, lo que yo dicte que seas, dejarás de tener voz, yo seré tu voz, dejarás de llorar, yo seré tu lágrima. Serás la ceniza que resulte del papel y del fuego, de mis componentes serás el desecho. No serás más, seré sólo yo, una ínfima parte de mí, casi que ni eso, serás un mero recuerdo sin sentimiento, serás una parte lejana sin vida, serás ese trozo de piedra que todo el mundo pisa al pasar por la calle de noche, botella en mano. Serás lejana, muy lejana, serás la nada o menos que eso. No serás, porque yo seré. Absorbida por mí, reducida por mí. Y así llegará tu fin.
...tu fuego en mi piel, mi piel al final....

jueves, 11 de diciembre de 2008

He olvidado mi mejor momento...pero lo llevo dentro.

Te lo creerás o no, pero la otra mañana se levantó con el aire confundido, la mirada más allá de la ventana le devolvía los sueños que aún no había tenido y su respiración se volvía rancia y sin sabor. Con la camiseta blanca de pasar la noche casi a solas, la ropa ajustada más abajo y las piernas blancas también, no tenía ganas de empezar otro día más. No por ahora. Con el sol en la cara, con los ojos entornados, el momento de vivir se iba deshidratando lentamente ante su desesperación. Se hizo un café, ardiendo, sin leche, mal comienzo para una mañana tan espléndida, sin nubes y sin viento. Una mañana de sol, calma y paz. Al menos de momento. El asa de su taza no quemaba tanto como la base, y qué decir de ese líquido marrón al que ahora llamaban café sin ningún sentido, asqueroso. Los pelos de sus brazos latían al compás de su corazón, con cierto retraso pero sin pausa. Y las rodillas esta mañana se le notaban más huesudas que de costumbre, pasando por alto sus pies que hoy eran como garfios de vaca, con manchas más oscuras y piel más clara. Se puso las gafas, frías, y su visión se fue enfocando paulatinamente... Por desgracia, cada vez le gustaba menos lo que veía. Las manchas se iban tornando perfiladas, las voces iban cobrando vida, los olores tenían dueño. Ya nada era libre. Su alma recién levantada iba desinflándose hasta convertirse en un hueso de melocotón, sin carne y sin sabor, con ligeras reducciones momentáneas. Notó el dolor por dentro, algo le quemaba, algo le impedía sonreir. Quizá el recuerdo de un momento feliz, quizá el recuerdo de una chica o el recuerdo de una sensación. Quizá la mente le impedía ser feliz, pero sólo quizá. Con su mano en el vientre, hizo amago de arrancarse las entrañas, pero supo que no lo conseguiría. La mente lo sabía ya todo, lo tenía todo calculado, asqueroso. Intentó mantener la respiración, pero sólo logró escuchar su pulso acelerarse e incrementarse la sensitividad de sus sentidos, tan sólo eso. Volvió a respirar, no valía la pena arriesgarse en lo que ya se conocía de antemano. Sorbió un poco de ese café que seguía sujeto a su mano, aún caliente, y pudo imaginar el recorrido por su interior de toda aquella mezcla, sentirla hasta llegar más allá de su corazón, recorrer más tarde sus venas y darle ánimos para comenzar, una vez más. Pegado a la ventana, como intentando ser igual de transparente, empañó tras el suspiro una parte del cristal, devolviéndole a modo de burla lo que parecía una carita sonriente. No quiso volverse para mirar a su cama, sabía lo que iba a encontrar y las fuerzas realistas le habían abandonado hacía ya tiempo, se dejó llevar. Una buena ducha, el vaho subiendo por su cuerpo, los vaqueros de Madrid y a la calle. Donde solía escapar, o al menos intentarlo, donde solía salir y huir de aquella habitación todo el tiempo posible, hasta que helara, hasta morir.





.... A veces no hay que ser una heroína, basta con ser normal....

domingo, 23 de noviembre de 2008

Mírame.

Y aún sus manos le parecían bonitas, incluso rojas de tanto aplaudir suscitaban en él el digno recuerdo de los cisnes. Los bucles de su pelo le llamaron la atención, tan perfectos, tan profundos.... No tuvo reparos en acercarse para rozarlos. Le caían mechones de pelo negro sobre la morena tez, apenas era visible un triángulo en su frente y sus ojos acaparaban los suspiros del caballero. Con las cejas no muy anchas y el ceño fruncido provocaba una ligera sensación de superioridad. Las pestañas delgadas y los ojos firmes, acompañados por una mirada atenta y dura, propia de una persona testaruda. Sus pómulos pronunciados daban a sus mejillas un aspecto redondo y sobrecargado y la barbilla no se hacía notar entre tanta piel. Su cuello era largo y menudo, con llamadas anónimas hacia las manos del caballero, que deseaba acariciar todo su cuerpo. La cadena que colgaba debajo de su cara, caía ligeramente hasta posarse como los colibríes sobre el bambú. Tenía el cuerpo ligeramente inclinado, aunque sus hombros seguían dibujando una perfecta línea recta entre ellos. Antes de volver a dirigir su mirada a las manos de la muchacha, el caballero oyó su inconfundible risa y sus labios, gloriosos, rojizos y dulces le proporcionaron una inesperada sensación interior. Las manos ahora caían sobre sus rodillas y cogían el rosado vestido que cubría su desnudez. Cada arruga, cada detalle y cada trozo de tela que la cubrían, fueron observados atentamente por aquél hombre de mirada ardiente. Sus tobillos se dejaban entrever por las telas de sus ropas y sus pies, calzados en unas delicadas sandalias, eran dignos de ser besados por los marqueses más déspotas. De ella se desprendía una extraña esencia, un aura que la aislaba de las demás jóvenes del lugar. Cada movimiento era realizado con una gracia y una desenvoltura únicas. El caballero se olía las manos después de rozarle el cabello.
Ahora, sentado lejos de ella, podía fijarse en cualquier detalle que quisiera sin ser descubierto; La joven no sospechaba nada, hasta que por casualidad miró hacia su lado derecho y le vio, atentamente mirándola, pero tan absorto en sus pensamientos que no pareció darse cuenta de que él también estaba siendo observado....






....El pasado con palabras no es olvido sino vida....

martes, 18 de noviembre de 2008

Nos invaden los rusos...

Hay canciones y canciones. Las que nos dejan indiferente, las que no nos gustan y las que son capaces de hacernos renacer entre sus notas, sus melodías y sus palabras... Hay canciones que nos tocan el pato y nos hacen llorar, otras que mágicamente nos dan alegría o nos hacen bailar. Algunas pasaron desapercibidas al principio y luego se fueron haciendo más y más importantes hasta que un día, no puedes vivir sin ellas. Otras lo fueron en su momento, pero hoy ya no las escuchamos.
Las frases de las canciones, esas que están incompletas o demasiado largas, esas que son de colores o sólo están en gama de grises, esas frases que se nos quedaran grabadas durante muchos años, quizás toda la vida. Y que cuando tengamos arrugas, recordaremos como momentos clave, momentos felices o quizás desdichados.
Esos momentos de verano, todo el mundo tiene una canción para un verano, y no me refiero a la canción del verano como tal, sino a nuestra canción del verano, a esa que sólo cada uno sabe lo que significa, el color que tiene o el aroma que desprende. De cuando estás en la playa, en soledad, o cuando estás en el campo con tu perro... de cuando no tienes nada y te sientes la persona más rica del mundo o de cuando estás rodeado de una multitud y te sientes indefenso, de cada una de las opciones que hayas elegido para vivir, tendrás una canción.
Todo va muy deprisa, una mezcla de colores sin definición clara, todo se va moviendo y yo estoy quieta, rodeada de movimiento, mirando con miles de ojos y sintiendo con miles de pieles, todo vive, yo observo. Dan vueltas, como cuervos entre la carroña, no se definen, se entremezclan y me emborrachan de esencias, de mieles, de locura, caigo rendida al deseo de abandonarme y dejarme llevar, mentes vacías llenas de nada, compuestas por nada, sin nada más que la nada... El tacto del calor, sin llegar a abrasar, el contacto con el interior, el momento álgido, el instante preciso, la caída imperdonable... el final.





...Me gustaba esuchar tus canciones detrás de la puerta....

viernes, 7 de noviembre de 2008

El mundo se está volviendo loco.

El otro dia iba paseando por la calle, me cayó una gota de lluvia, con arena. Al instante caí al suelo, dormida. Qué extraña sensación la de haber sido presa fácil de una gota de agua. Pero en sueños le ví, con su larga nariz y sus piernas delgadas, la sonrisa parecía surrealista, con los hilos se mantenía en pie y caminaba hacia mí, todo su cuerpo iba transformándose en espuma, en nubes, y finalmente en agua. Iba tras él un sendero de agua batida, multicolor y oleosa. Alargó una mano, se iba deshaciendo poco a poco, sin poder parar, iba perdiendo altura, atardeciendo como una tarde de invierno. Me dedicó su última sonrisa y yo desperté entre hojas marrones y húmedas. Dos muchachos iban paseando sin más miedo que el de la llegada del final del día, sin más temor que el de separarse y sin más emoción que la de estar juntos. El viento me empujaba desde atrás, haciéndome ver la realidad del revés, sin comprender nada, y sin querer comprenderlo todo. Al llegar al parque dibujé un suspiro entre la orilla del lago y la mala hierba, dejando mi cuerpo reposar sobre la alfombra del suelo. Era demasiado fácil.
Me llegaba la melodía de una canción desconocida, de un ritmo lento y dulce que me impregnaba el paladar de sabor a margarita. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo y tus ojos me despertaron. Con las botas puestas, ya dispuestas a partir, andando más rápido de lo que iban mis piernas, mi espíritu había echado a correr sin avisarme. Carente de alma, o de espíritu, las plumas de un ave blanca me llenaron el interior, dándome valor para volver a vivir. Y esa canción continúa sonando.
Durante mi peregrinaje, mi regreso se iba haciendo lento y agrio. Divisé una ventana entre tanta multitud que lo único que hizo fue reflejarme, no había nada detrás de esa ventana. ¿ Para qué están las ventanas sino es para mostrarnos lo que hay detrás ?. Esa sensación de desarraigo, de desamparo, de soledad entre tanta gente. Esa sensación de vacío, hinchado por el helio de los globos, todo el cúmulo de soledades y puestas de sol que habitaban en mi cuerpo estallaron en un instante multicolor del que nadie se quiso perder ni la presentación. Volver a sentirme yo. Ser el centro de la nada, de mi nada. Y salir corriendo con los brazos abiertos y la sonrisa de sándalo y azahar. Sin nada que me pare y sin nada que me pueda parar.


Y entonces pensé...





Sí, el mundo se está volviendo loco....

domingo, 2 de noviembre de 2008

Doble fila.

De aquí para allá es un no parar. Dos vidas, reales y ficticias, dignas de seguir en sueños, dignas de ser olvidadas.
Ahora en España, vida relajada, llena de comodidades, en casa, con buena comida, buena compañía, mi perro, mi familia.. el calor de un hogar.
Luego en Francia, bullicio, gente, sensaciones, sobresaltos, lucha por la vida, apoteósis... el frío de una habitación.
Entre las dos, a veces, encuentro un equilibrio que me lleva a querer partirme por la mitad y poder vivir esa doble vida sin pensar o sin tener recuerdos. Ya se sabe que el ser humano es un ser muy caprichoso, que siempre quiere lo que no tiene, y que cuando lo tiene, deja de desearlo tanto como lo deseaba. Yo quiero estar aquí y allí, quiero ser sol y lluvia, frío y calor.
Dedicarme de lleno a una de esas dos vidas, ahora me parece imposible. Si estoy aquí me pregunto qué pasará allí, y viceversa.
Si aquí hace frío, allí también lo hará? Está claro que cada una tiene su momento, sus inconvenientes y sus virtudes. A pesar de todo, no cambiaría ninguna de las dos vidas, no cambiaría mi situación.
He tenido la suerte de poder elegir, de tener lo que he querido y lo que aún quiero. He conseguido llegar a cumplir uno de mis sueños, vivir en el extranjero. Vivo lejos de aquí, sin lo que antes, era mi apoyo, sólo con mi alma y mi cuerpo, día a día, enfrentándome a todo. He aprendido a vivir por mi cuenta, a respetarme y a quererme día a día. Se llama suerte, y dedicación, se llama ánimo y espíritu. Lograr lo que quieres en esta vida, no tiene precio.
Para colmo me voy a París en una semana.. quién me lo diría!! Son cosas que sólo se consiguen de Erasmus, son cosas que sólo se consiguen luchando... Son las cosas que yo quiero.
Y de tanto hablar del mar, últimamente me falta demasiado, incluso empiezo a echar de menos mi barco, la brisa del mar en mi rostro, la libertad de estar en mitad de la nada...




...O pasear por la playa en una tarde de tempestad....

lunes, 27 de octubre de 2008

Vámonos...

Me senté en un banco a esperar, ver las hojas que me iban agarrando la piel y quemando los sentidos. Pretendía arreglar el mundo cuando lo que necesitaba era que el mundo me arreglase a mí. Tan descompuesta, tan desordenada, con tantos colores, colores que fluyen como las aguas de un rio que no van a ningún lado. Sentada en el banco, viendo a los niños jugar con la pelota, sin más preocupación que reir, soñar, avanzar... Tan bonitos, tan inocentes.
Las bolsas revoloteaban como podían revolotear en mí los sentimientos que despertaban en ese momento, como las hojas que se movían al compás del viento, mirando las estrellas como las miran los enamorados en una noche de verano, como los cisnes que van y vienen en un lago, dejándose llevar por las corrientes de agua fría, y a veces, caliente. Y con las bolsas, mi alma revoloteaba, sin complejos, con ganas de crecer y no parar jamás, de llegar más lejos que nadie, de pisar la Luna... mi alma quería ser tuya, ser de los dos... ser un alma completa y estable, con gamas de colores y viva... dejar de ser un alma escondida y sin sentido, bonita y agradable. Que ocupara mi cuerpo y al mirarme la gente a los ojos, vieran cómo estos brillan, relucen, son únicos... Unos ojos para el recuerdo, para siempre.
Hoy me he cortado el pelo, y con cada mechón caído, una sensación de ligereza se iba apoderando de mí, cada vez más ligera me pareció que subía al cielo y luego bajaba, por supuesto, bajaba hasta el subsuelo. Hoy me he cortado el pelo, y parecía que me cortaban los recuerdos más escondidos, los recuerdos de niñez, los recuerdos de la vida. Hoy me he cortado el pelo, ya no soy la misma que ayer, parecida a la de mañana, pero nada será igual. Sí, nunca nada es igual. Las cosas cambian, las personas también. Y, o cambias, o te quedas atrás... A nadie le gusta quedarse atrás. Mi alma quiere crecer.... aprender a crecer con lo vivido, con lo que le queda por vivir...





..Sentada en un banco, con el pelo corto, mi alma quería crecer....

sábado, 25 de octubre de 2008

Une premiere fois...

Los colores se me volvieron gama de grises al ver tu mirada desaparecer en el horizonte, y sin saber muy bien qué decir, cargó sobre mi espalda el peso de una pluma de algodón. Quizás nada para el mundo, todo un mundo para mí.
Si tus manos hubieran hablado en ese instante y no se hubiese impregnado el aire de humedad las cosas tendrían color, una vez más, quizás para siempre. Pero aquí seguimos...
Y ahora la estación no acompaña, todo marrón, las hojas se caen, no dejan ver el suelo, no dejan ver la realidad, ahora la estación me arropa y me tiende su manto de hojas para protegerme del frio sin saber muy bien a cuánto cobra la hora...
La cabeza me estalla desde ayer, creo que se me han metido ácaros entre las ideas y me las están saboteando. Ya ni las pastillas me hacen efecto. Y ahora sale el sol. Irónico, sin duda. En el momento del Big Ban también salió el sol, justo en ese instante... Y no lo llegué a entender. Si duele tanto, por qué brilla el sol? Qué esconde??
Y ahora todos los pensamientos son amarillos, ya nada tiene un color rojo esperanza o rojo alentador... ni siquiera rojo pasión. Ahora el amarillo está reinando en este mundo de incomprensión.

Así que, para que el sol no me moleste, me pongo unas gafas de sol, y me visto de blanco, unos tacones y me como el mundo... que para eso está el mundo, para comérselo.





...Todo irá bien...