martes, 28 de abril de 2009

capítulo 7.


Voy buscando una inspiración, algo que me ayude a desenvolver mi alma y desnudarme por completo para comenzar de nuevo a formarme sin que me llueva encima.



Soy el bote de mermelada de fresa, o arándanos, nunca me gustó la mermelada de arándanos, no se si la probé. Lo dicho, soy el bote de fresa cerrado por completo, cerrado a cal y canto, sin aire dentro, estable y derecho, en mitad de la mesa con el cristal pegado pero sin rallones, mi reflejo está en el cristal, el cristal es rosa, casi rojo. Yo me apoyo sobre él, ejerzo presión, pero no le hago daño, estoy encima sin moverme, sin pestañear, formo cada espacio llenado en vacío, cada color y cada textura, la suavidad de la mermelada que llevo dentro, el sabor que saldrá de ella al probarla, el ruido de la tapadera al deshacerse de mí, al vivir y al respirar por sí sola.



Tengo miedo de que me destapes, de que me hagas respirar, si vienes y me ves, sentirás la necesidad de abrirme, si eres una persona golosa, sólo por meter tu dedo en mi y saborear la fabulosa mermelada que llevo dentro. Si eres más bien una persona curiosa, sólo por abrirme y escuchar mi ruido. Pero no pasarás de mí, lo sabes. Tengo miedo de tí, de caer en tus manos, de que me des calor cuando haga frío encima de la mesa,.



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"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."




[ Julio Cortázar, Rayuela ].












.... chin pún ....