sábado, 25 de octubre de 2008

Une premiere fois...

Los colores se me volvieron gama de grises al ver tu mirada desaparecer en el horizonte, y sin saber muy bien qué decir, cargó sobre mi espalda el peso de una pluma de algodón. Quizás nada para el mundo, todo un mundo para mí.
Si tus manos hubieran hablado en ese instante y no se hubiese impregnado el aire de humedad las cosas tendrían color, una vez más, quizás para siempre. Pero aquí seguimos...
Y ahora la estación no acompaña, todo marrón, las hojas se caen, no dejan ver el suelo, no dejan ver la realidad, ahora la estación me arropa y me tiende su manto de hojas para protegerme del frio sin saber muy bien a cuánto cobra la hora...
La cabeza me estalla desde ayer, creo que se me han metido ácaros entre las ideas y me las están saboteando. Ya ni las pastillas me hacen efecto. Y ahora sale el sol. Irónico, sin duda. En el momento del Big Ban también salió el sol, justo en ese instante... Y no lo llegué a entender. Si duele tanto, por qué brilla el sol? Qué esconde??
Y ahora todos los pensamientos son amarillos, ya nada tiene un color rojo esperanza o rojo alentador... ni siquiera rojo pasión. Ahora el amarillo está reinando en este mundo de incomprensión.

Así que, para que el sol no me moleste, me pongo unas gafas de sol, y me visto de blanco, unos tacones y me como el mundo... que para eso está el mundo, para comérselo.





...Todo irá bien...

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