viernes, 15 de mayo de 2009

Recuerdos


Como las cosas que empiezan y acaban lo nuestro acabó tras empezar. Y pasaron los dias mientras pensé que me moría. Todo era elevado a la décima potencia desde que me faltabas, los peces ya no respiraban bajo el agua y ahora se ahogaban sin ponerle remedio alguno. La lluvia ya no me mojaba poco a poco sino de una sola vez y de manera torrencial. Tantas cosas que hicimos y otras que dejamos de hacer, por simple vagueza, porque no hacía suficiente calor o algo así. El viento de esta colina me está empujando hacia atrás, no me deja seguir avanzando, pero ya me siento mucho más liberado, ya me siento mucho más viento. Viento que se une con viento y forma tempestad, tempestad que llega al otro lado del mar, a una nueva orilla, se hace brisa y se enreda en el cabello de alguna chica solitaria, sentada en el rebalaje de la playa, sintiendo la humedad bajo sus pies y sus piernas.Pero no me voy tan lejos, sigo estando en la colina, arriba de ella, viendo todo lo que se extiende ante mí. Como el Rey León cuando le explica a su hijo hasta donde alcanza su reino, y ven una sombra allá a lo lejos, tu eres mi sombra, eres mi camino marcado y mi parte prohibida, mi marea conocida y la resaca de los domingos. Eres tú quien me dejó pintar esa zona de un color diferente, indefinido por acuerdo mutuo, pero coloreado. Siendo como es para mí la historia, te dejaré esa parte de mi corazón para tí, para que la decores a tu modo y manera. Prometo no tocarla, prometo no destruirla. Utilizaré el resto de mi corazón para querer otras cosas, para aprender de la vida, pero tu parte no la tocaré. Seguirá siendo tu parte, siempre. Hasta que el siempre se acabe.


Te diré lo que siempre quise, siempre desée tener un paraguas de muchos colores, que alegrara la vista, que me diera calor y frío, que no se rompiera nunca. Con el que poder taparme las noches de soledad, con el que poder alimentarme cuando tuviera hambre. Un paraguas que me diera la hora, y asi hacer que nunca llegases tarde, así nunca esperarte. Yo siempre quise tener un paraguas de colorines, de miles de colorines, con betas muy pequeñas, en diagonal, en espiral si lo prefieres, de colorines, que me diera felicidad, paz y alegría.


Se que a tí te hubiera gustado conocer ese paraguas, verme feliz con él, así también serias tú feliz, seríamos felices los dos. Hubiera sido tan sencillo haber conseguido ese paraguas, haber guardado en nuestra memoria el mismo recuerdo, la misma felicidad, un momento inolvidable. Un momento inolvidable, como todos aquellos que vivimos.... y que me siguen haciendo sonreir.






....Le pusiste color a mi vida....

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