Es la mano del destino la que nos lleva, la que nos guía. A veces nos empeñamos en seguir un camino que no nos conviene. Y la mano del destino, en forma de voz o de bofetada nos alcanza y nos pone en el camino...¿correcto? Supongo que sí. Y prefiero creer que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre y que mis piernas son lo suficientemente largas como para saltar y alcanzar la ventana.
Haría falta tener unas raices voladoras, que se fueran uniendo a la tierra a cada paso, pero que con cada ráfaga de viento, pudieran volar y pudiesen volverse a plantar un par de pasos más adelante. Caminar a veces es difícil, y más, a tientas.
Pensar que estás pegada a la tierra y de repente, verte cayendo a ella... Bueno, no pasa nada, caminar por la tierra es fácil, como la vida, tan solo hay que sonreir. Sonreiré también, siempre lo haré.
*Haría falta tener unas raices voladoras, que se fueran uniendo a la tierra a cada paso, pero que con cada ráfaga de viento, pudieran volar y pudiesen volverse a plantar un par de pasos más adelante. Caminar a veces es difícil, y más, a tientas.
Pensar que estás pegada a la tierra y de repente, verte cayendo a ella... Bueno, no pasa nada, caminar por la tierra es fácil, como la vida, tan solo hay que sonreir. Sonreiré también, siempre lo haré.
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... zas! en toda la boca...
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